De un garage en Santa Rita a casi cien puntos de retiro en todo el AMBA. Las primeras 400 semanas de El Click son una hermosa excusa para tomarse un tiempo y agradecer a toda la Red. Conocé un poco de esta historia agroecológica.

Hace 400 semanas sonó el timbre del garage de una casa vieja del barrio de Santa Rita, en Capital Federal. Fue el primero de miles de bolsones. Lo vino a buscar una vecina. Ese día se prendió la chispa del Click. Se corrió la voz por el barrio y entre conocidos. El siguiente nodo fue en otra casa de amigos en Parque Centenario. El tercer nodo fue una Fiorino blanca que entregaba bolsones en la calle frente al río, en Vicente López. El cuarto: una dietetica en Palermo. El quinto, un vivero de amigos en Colegiales. Y así. 

La red empezó a tejerse en todo Buenos Aires. Al mismo tiempo conocíamos a las primeras familias quinteras que estaban haciendo agroecología en La Plata. Empezamos a viajar y conocer productores en Mar del Plata, Entre Ríos, Mendoza, Formosa, Misiones, Córdoba, Neuquén. Una masa grande, dispersa y diversa de familias, proyectos y organizaciones que desde hacía mucho, o poco, estaban haciendo su propio click cultivando alimentos sin usar agroquímicos a partir de una convicción profunda. 

 

 

El Click no fue más que integrar ambas redes para que nazca una mayor y potente que encarne un comercio justo y una relación entre productores y consumidores tan vieja como nueva. El formato es el que permitió la logística. El bolsón de 8 kilos es por precio, volumen, practicidad y tantas otras cosas; lo que vuelve más accesible alimentarse con frutas y verduras. Hoy, 8 años después, sigue siendo así, aunque muchas otras cosas van cambiando con el tiempo.
 

ANIMARSE A CRECER

Cuando la casa quedó chica nos mudamos al Club Premier en el barrio de Caballito, que supo ser nuestra casa. Todos los lunes por la madrugada el club se convertía en un pequeño mercado concentrador de frutas y verduras que repartía en camionetas hacia los 40 nodos que El Click ya conectaba en la ciudad. El Click hacía ruido y nos mencionaban en diarios y revistas como el “boom de bolsones orgánicos”. No inventamos “la pólvora”, pero le dimos la forma, la fórmula justa, la que hacía falta en ese momento para que el movimiento, por y desde la agroecología, coloque a la actividad de producir y alimentarse en el lugar que nos merecemos como sociedad.
 
El grupo de trabajo fue creciendo y fuimos muchos los que crecimos durante estos años de trabajo en conjunto. Conocimos a muchísimas otras personas de muchísimas otras redes que se fueron cruzando en el camino.

 

 

DESAFÍOS

Pasó el tiempo y a finales de 2019 nos mudamos a nuestra casa/galpón actual en San Martín. No sabíamos que unos meses más tarde ése sería el búnker desde el cuál le haríamos frente a la pandemia. Nos transformamos en trabajadores esenciales con la misión de proveer con bolsones a miles de hogares. Para nosotros significaba la posibilidad de encontrarnos todas las semanas. Para miles, fue la posibilidad de acercarse a comer distinto, porque tenían más tiempo para cocinar, por precio, o porque ofrecíamos la comodidad dee salir una sola vez en la semana a stockearse de verduras y frutas.
 

Aquella época fue tan dura como valiosa: mientras la salud corría peligro y la sociedad se reinventaba como podía, cientos de redes de solidaridad alrededor del cuidado y del alimento se activaron y multiplicaron. Los comedores del país en general demandaban más comida que nunca. Gracias a un laburo articulado entre El Click, consumidores, productores y organizaciones sociales, durante esos años hicimos llegar 200.000 kilos de verdura a más de 100 comedores de San Martín y todo el AMBA.
 

 

Post pandemia, en los últimos años algunas cosas cambiaron para mejor, muchas otras retornaron a su estado anterior. La sequía histórica que vivimos, de la que tanto se habló, junto a la inflación creciente hicieron del sector familiar del campo que produce alimentos (no hablamos del campo que produce commodities) un combo muy difícil de transitar. Ese contexto hoy se está profundizando: las dificultades de producir alimento son cada vez mayores. La asistencia del Estado se está reduciendo en un momento de recesión y altísima inflación. Esto también repercute en la comercialización y en el acceso al alimento.

¡GRACIAS!

La montaña rusa que fueron estos años sigue con sus curvas, velocidades, horizontes y desafíos: Por algún motivo, tuvimos la idea de ir contando las semanas de entregas una a una, por lo que celebramos los números redondos como si fueran cumpleaños. Esta semana cumplimos 400 vueltas que dió la rueda del Click.

Lo primero y lo último que tenemos para decir es GRACIAS A TOD@S los que desde la producción, con su laburo, como nodos, como consumidores y como compañerxs del camino; vienen haciendo El Click desde su lugar a lo largo de éstas primeras 400 semanas.

Imposible etiquetarles a todes, pero cada quién sabe lo importante que fue y es.

¡¡GRACIAS!!